Reinstauración de Karina García, profesora discriminada por UDLA

Hace dos años y medio que trabajo en Universidad de Las Américas, sede Santiago centro. Empecé con ramos como Técnicas de expresión escrita y oral y ejercité mi libertad de cátedra impartiendo Teoría Literaria I y II, además de Teoría de Medios de Comunicación. Formé parte del comité curricular y creamos y actualizamos los programas para que contemplaran teorías críticas al sistema neoliberal como el marxismo, feminismo, los estudios culturales, etc. Todo esto se hizo abiertamente.

Este año la directora de la carrera de Pedagogía en Lengua Castellana y Literatura, Viviana Unda, me encargó un plan de gestión académico-cultural; este plan giró en torno a tres objetivos fundamentales, la integración de las sedes de Viña y Santiago, la integración de la Universidad al entorno, y la creación de identificación de los alumnos y docentes con la Universidad. Las actividades fueron conversadas y planificadas por las partes en enero, bajo el entendido que los profesores y administrativos y estudiantes trabajarían para que el plan fuese llevado a cabo bajo los parámetros de una gestión de calidad: oportuno, riguroso y con fundamentos propios de un aporte académico-cultural al medio.

Sin embargo, estos principios no fueron atendidos por los estamentos universitarios que se habían comprometido con el plan, siendo permanentemente socavado por la improvisación, la negligencia y la poca conciencia sobre sus fundamentos culturales y educativos. Los únicos que estuvieron a la altura de este plan fueron algunos alumnos, con ellos formamos un equipo de gestión que trabajó arduamente. Con muchos problemas hicimos dos actividades: el “Taller y lectura poética” para celebrar el día del libro y el “Concierto y conversatorio de guitarra clásica”. Pero el principal problema se suscitó al tratar de implementar la tercera actividad: la “Charla y debate en políticas educativas”. Yo conseguí a Francisco Herrera de la Universidad de Chile. Ante esto la directora de la carrera me dijo que ella no quería que Francisco fuera el único expositor, ya que “el rector podía bajar (tiene su oficina en Providencia) y ver a gente de izquierda hablándole a gente de izquierda”. Por consiguiente, intervino directamente en la planificación de la actividad, actitud que no había tenido en las anteriores, se propuso como moderadora, luego cambió de idea y quiso ser expositora, quiso cambiar fechas, estando el afiche ya diseñado y listo para lanzarse y el auditorio reservado. Como yo no quise prestarme para esta falta de seriedad y probidad en la gestión, la directora me desvinculó. De ahí a transformar una charla y debate en un foro, tratando de encauzar con preguntas la actividad por correo y juntándose con los expositores, cambiar la fecha ya reservada (sin dar aviso a los encargados del auditorio), difundiendo el foro a dos días de realizarse, poniendo la actividad el último día activo del semestre —con la consiguiente ausencia de los estudiantes en la actividad—, había solo un paso y ahora esta misma persona no me valida en el ramo que doy habitualmente durante el segundo semestre, a saber, Teoría de Medios de Comunicación.

No comprendo el miedo con que reaccionó la dirección solo por ofrecer una visión diferente, crítica de la realidad. Quiero que me devuelvan mi ramo y mis alumnos, no solo por el tema económico, ya que es poca la plata, sino porque impiden que se les entregue a los estudiantes otra opinión que no sea la que apoya el sistema neoliberal.

Llamo que los estudiantes pidan inscribir el ramo con Karina García y me apoyen para que la universidad no sacrifique a los académicos que desarrollan el pensamiento crítico.

Karina García Albadiz

Profesora de Castellano, 

Magíster Interdisciplinario de Estudios Humanísticos