CARTA ABIERTA A JUAN MANUEL SANTOS: Presidente de la República.

CARTA ABIERTA AL SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA    

Señor Presidente

JUAN MANUEL SANTOS

Palacio de Nariño  

Bogotá, 5 de octubre del 2016.         

Tres días después de los resultados del plebiscito convocado por Usted y donde ganó el NO con un margen mínimo frente al SÍ, muchos de los colombianos que soñamos y anhelamos un país en paz, hemos visto ese sueño y anhelo irse al traste. Usted señor Presidente en su discurso de Cartagena al firmarse el histórico acuerdo de Paz entre el Estado y la guerrilla FARC-EP, repitió varias veces con clara emoción “cesó la horrible noche” aludiendo a las letras del himno nacional y creando una relación con el fin del conflicto armado en nuestro país. Hoy esa horrible noche parece extenderse en el tiempo como una pesadilla de la cual quizá nunca despertaremos a causa de un grupo de individuos vinculados a oscuros poderes, que desean a toda costa perpetuar esta insensata guerra.     

He decidido escribirle esta carta como si fuera una misiva de un náufrago, en un acto de impotencia, porque quizá Usted nunca llegue a leerla. Sin embargo al hacerla pública, estoy ejerciendo mi derecho ciudadano y pidiéndole que haga Usted uso de sus facultades presidenciales. Si bien el referendo es un elemento democrático, Señor Presidente Usted tiene pleno poder para refrendar y ratificar los acuerdos de La Habana. Es un momento histórico sin precedentes que la comunidad internacional ha avalado y usted no puede pasar por alto.     

Ya no queremos más jóvenes de clases populares usados como carne de cañón, ni por parte del ejército ni por parte del guerrilla. El dinero que se destina a la guerra, Usted mismo lo dijo en su discurso en Cartagena, debe ir a inversiones sociales que tanto necesita este país y que deben ser derechos fundamentales y del bien común de la humanidad: salud, vivienda digna y educación, es decir un país con justicia social. A partir de hoy en Bogotá y en otras del ciudades del país y del mundo haremos marchas permanentes para recordarle su deber como Presidente de la República para garantizar el bienestar de todos sus ciudadanos. Así ejerciendo un derecho democrático, se haya perdido el plebiscito, nosotros los partidarios del Sí ratificamos nuestro derecho a la Defensa de la Vida, de la democracia y por ello insistimos en decirle No a los violentos. ¿Acaso la defensa de la Vida debe someterse a votación? Esto es lo más absurdo de una democracia.

Como hijo de personas que crecieron en el conflicto y en país desigual; como padre de dos hijos que ahora viven fuera del país esperando un día porque no, regresar a su país pues ahora Francia los ve crecer; como profesor universitario y funcionario público que desea que sus estudiantes tengan instalaciones dignas y auxilios económicos y por qué no la gratuidad de la educación como un bien inalienable de todo ciudadano. Como ciudadano, tal como Rousseau lo había ya definido, le pido que ratifique el acuerdo de Paz de La Habana. Las víctimas del conflicto que son muchas y las generaciones a venir le serán reconocedoras de esta decisión y usted tendrá un lugar digno en la historia. Los aquí firmantes deseamos la Paz con justicia social. ¿Qué espera Señor Presidente? 

 

 

Ricardo Arcos-Palma

Docente investigador asociado en dedicación exclusiva

Universidad Nacional de Colombia.